Algunas notas sobre las «cortes» en El Criticón
Résumé
El Criticón, obra catalogada como difícil, se presta a muchas y, a veces, contradictorias interpretaciones. Lo cual finalmente no nos debería extrañar en un autor que, en el colmo de la complicación, llega a hacer «artificio del no artificio» 1. Eso ocurre en el plano ideológico, pero el problema no es menor cuando nos ponemos a hablar, como intentaremos en esta ocasión, de su estructura. En los estudios que tratan del tema-una vez superada la etapa en la que se aludía a este libro como un conjunto inconexo, como un bosque inextricable o un «fouillis gothique» 2-se suele hablar profusamente de la división en edades/estaciones que lo caracteriza; de las múltiples correspondencias internas, por ejemplo entre las tres islas, situadas en los inicios o en los extremos de la vida de alguno de los dos personajes principales; entre las tres grutas, que son tres formas de la Nada: la del vientre materno, la del sexo y la de la pereza vital; entre Falsimundo y Falsirena, que representan dos universos falsos con sus mismos nombres, frente a Artemia y Virtelia que representan dos esferas en las que el hombre se realiza 3. Se habla pues de muchos elementos que conforman los cruces, las direcciones, los juegos, incluso, a los que se presta incansablemente la narración gracianesca. De todos ellos es la división en edades/estaciones, tema recurrente en la obra, la que parece constituir un mejor resumen de la estructura global. Se diría que la evolución de la narración, con todas sus variaciones, se pliega obedientemente a ella. Tenemos toda una serie de «crisis» que se adaptan temáticamente a la edad de Andrenio, tenemos 1
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